sábado, 3 de enero de 2009

Entrevista a Fernando de Zsyszlo


Todo empezó cuando de casualidad vi un cuadro de Szyszlo en la casa de mi tío, el cual tenía una dedicatoria del mismo autor. Me llamó mucho la atención y le pregunté a mi tío si en verdad lo conocía y me dijo que sí. Para mi buena suerte, justo esa misma semana me habían dejado un trabajo de investigación en la universidad para mi taller de artes, el cual consistía entrevistar a un artista y hablar acerca de su obra. A la semana siguiente le comente a mi grupo del trabajo si podíamos investigar la obra de Szyszlo y que podría conseguir la entrevista. Todos aceptaron con gusto y cuando le comentamos a la profesora acerca de esto ella dijo que era muy difícil conseguir una entrevista a alguien tan importante como Szyszlo y mejor buscáramos información de otro artista. Con todo esto terminamos por convencernos de que era imposible lograr esto. Ya para ese momento yo le había dicho a mi tío que haga todo lo posible por conseguirnos la entrevista. Una noche, maso menos eran las 11 pm suena el teléfono, y era mi tía. Me dijo que mi tío había conseguido hablar con Szyszlo y que nos podía recibir mañana a las 11 y media de la mañana en su casa. Yo me quede totalmente sin palabras, pero a la vez feliz. Lo único que pude hacer fue intentar de plantear buenas preguntas, pero fue demasiado difícil. A la mañana siguiente, me encontré con una amiga de mi grupo en la universidad y empezamos a terminar los últimos detalles. Salimos temprano y nos dirigimos en un taxi hasta su casa, luego nos bajamos y empezamos a buscar la dirección, dimos vueltas y vueltas. Felizmente dimos con la casa y llegamos puntualmente. Cuando estábamos ya paradas en la puerta, me dio muchisimo miedo de tocar el timbre, porque no sabia que iba a decir. Brenda, mi compañera toco el timbre y contesto una chica, solo me quedo hablar y presentarme. Por fuera la casa era bastante sobria, pero de un estilo moderno. Cuando nos abrieron la puerta, las dos nos quedamos asombradas de la belleza de su casa. Cruzamos el patio y entramos a la casa, ahí la empleada nos hizo pasar a la casa. Nos quedamos con la boca abierta de lo impresionante de su casa. Todo estaba totalmente recargado de adornos, antiguedades, piezas de colección. En ese momento, no sabia que mirar, ya tenia tantas cosas tan valiosas y hermozas a mi alrededor. La empleada nos dijo sientense nomas que en un momento baja el señor. En eso, oímos unos pasos a lo lejos, que cada vez se sentían mas cerca, sí era Él. Bajaba por sus escaleras de madera con un paso lento. Ese instante, Brenda y yo nos miramos y dijimos que no había marcha atrás. Ya en la sala, Szyszlo nos saluda muy amablemente y nos dijo que mejor vayamos a su biblioteca porque era mas tranquilo ahí. Era un hombre bastante alto y delgado, muy elegante al vestir y al andar, tenia una mirada dulce y paternal. Era una persona totalmente sencilla, no parecía que fuera famoso. Ya en la biblioteca, empezamos a presentarnos y charlar un poco. No sabíamos como empezar, era la primera ves que hacíamos algo así y encima con tan reconocidísimo personaje. Brenda empezó a preguntar mientras yo grababa la conversación. Todo iba normal, pero se notaba nuestro nerviosismo. Poco a poco, ganábamos mas confianza, ya que Szyszlo transmitía eso mismo. En medio de la conversacion, el teléfono interrumpe, se disculpo y se salio al patio a hablar un momento. Cuando nos quedamos solas en la biblioteca, recién pudimos observar todo a nuestro alrededor. Era realmente una colección impresionante de libros. Como el mismo nos comentó que gran parte de esa biblioteca la heredó de su tío, Abraham Valdelomar, quien fue hermano de su madre. En esos minutos, empecé a tomar algunas fotografías de las cosas que me llamaban mucho la atención. Cuando regresó continuamos con las preguntas y era mi turno de preguntar pero no sabia si mirarlo a los ojos cuando respondía o leer en mi cuaderno cual iba a hacer la siguiente pregunta. Nuevamente suena el teléfono, esta vez era una llamada de New York, donde viajaría ese mismo día. Esta vez se demoro mas que la vez anterior, se disculpo nuevamente. Al finalizar las preguntas, le pedimos si nos podríamos tomar unas fotos con él y acepto muy amablemente. Nos preguntó donde queríamos tomarnos la foto y nos dirigimos a la gran sala, donde se encontraban varios de sus cuadros. Luego de las fotos, nos acompaño hasta la puerta mientras nos seguía contando pasajes de su vida. Llegamos a la puerta, nos despedimos y le agradecimos por su tiempo y por todo. Cuando la puerta se cerró empezamos a reírnos y a saltar de la alegría. Finalmente caminamos una cuadra y nos dirigimos a la universidad. Para ese momento, todavía no podíamos creer que habíamos entrado a esa casa y menos haber conocido a una persona tan famosa como Szyszlo. A la siguiente semana, en nuestra clase de Artes Plásticas, la profesora nos pregunto sobre que habíamos avanzado de la investigación y le contamos que habíamos ido a la casa de Szyszlo y que nos había dado una entrevista. La profesora se quedo bastante sorprendida y no lo podía creer. Finalmente todo salio muy bien y obtuvimos una buena nota, pero sobre todo ganamos una inolvidable y maravillosa experiencia.

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